UGT Emasesa
En el mes de abril se celebran las tradicionales Fiestas de Primavera en nuestra ciudad. En EMASESA, en abril también, se ha comenzado a construir una nueva tradición, consistente en este caso en una reunión a la que la Dirección convoca a quienes considera la columna vertebral de la empresa.
El año pasado, la reunión fue más modesta, más de andar por casa. Se celebró en el Centro de Formación y tuvo por objetivo prioritario la presentación de las medidas a adoptar para paliar las hipotéticas amenazas que estaban prestas a caer sobre nuestras cabezas, y que afortunadamente habían sido desenmascaradas por el recién elaborado Mapa de Riesgos.
Este año, la celebración ha tenido más enjundia. Para empezar escogieron un sugestivo título para la Jornada: Construyendo un liderazgo compartido, aunque no es precisamente la capacidad de liderar equipos lo que se valora en EMASESA y mucho menos se anima a compartir tareas, experiencias o áreas de trabajo, más bien todo lo contrario, ya que esta empresa puede ser considerada como un magnífico ejemplo de Reinos de Taifas. También la puesta en escena ha sido más elaborada, cambiando la antigua Estación de Filtraje por las instalaciones que el Instituto Cajasol tiene en el Aljarafe.
El programa pretendía abordar tres bloques de asuntos diferentes: el seguimiento de las medidas efectuadas para controlar los riesgos, la presentación de Buenas Prácticas efectuadas en algunos Departamentos de la empresa y las sesiones de los ponentes externos. Todo ello convenientemente flanqueado por la intervención inaugural a cargo del Director General y la clausura a cargo del Consejero Delegado.
Sin duda, lo mejor de la Jornada fue el espacio dedicado a que diez de nuestros compañeros, a los que felicitamos, explicaran algunos aspectos del trabajo que están realizando. Las experiencias que se presentaron eran variadas, algunas ya conocidas y otras no tanto. En general resultaron interesantes y amenas. Nos sorprendió sin embargo negativamente la ausencia de mujeres en este ámbito concreto de la Jornada. ¿No hay mujeres en la empresa que estén realizando tareas interesantes? Sin duda las hay, pero quienes eligieron los asuntos a presentar bajo el epígrafe de Buenas Prácticas no deben tener muy claro los conceptos de igualdad y paridad, ni están muy interesados en poner en valor el potencial femenino de la empresa.
De las medidas para soslayar los riesgos vamos a hablar poco, que ya le dedicamos mucho espacio en cuatro números diferentes del Mano a Mano el pasado año. Nuestra opinión sobre el Mapa de Riesgos y sus medidas correctoras es más que conocida y no ha cambiado nada en el transcurso de los últimos meses. Poco que añadir, por tanto, lo que nos pareció también que le sucedía a la Dirección y las personas que intervinieron en su nombre para explicar la evolución de las medidas correctoras. Según comentó el Director de Auditoría y Control Interno el desarrollo de los planes de mitigación de los riesgos ha alcanzado el 50% y el calendario de ejecución de los mismos el 61%. Se aludió machaconamente a las supuestas dificultades del Convenio Colectivo: está anticuado, no permite castigar y premiar a los trabajadores y trabajadoras según su comportamiento, no permite la movilidad, ni retribuir en función del desempeño, es un corsé para desarrollar políticas de personal modernas. Con todo y con ello dicen que han conseguido equilibrar la plantilla y corregir el sobredimensionamiento de la misma (amortizando principalmente puestos básicos y aumentando los ocupados por las categorías con mayor retribución), ¡todo un ejemplo de actuación! En fin está claro que les gustaría que la regulación fuera mínima para actuar, aún más, como les convenga en cada momento.
Mención aparte merecen las sesiones de Coaching llevadas a cabo por los tres invitados que debían, al menos en teoría, ilustrar a los asistentes sobre las diferentes facetas del liderazgo. Fue sencillamente “impresionante”: ¡llegamos a echar de menos al torero del año pasado!
El primer ponente nos contó la historia de la niña “Ema se lo sabe todo” que iba por las calles de un hipotético pueblo dando el agua que sacaba de la fuente a sus vecinos. A esa niña le acortaron el nombre y al final fue conocida como EMASESA. No entendimos muy bien que tenía que ver eso con el liderazgo compartido pero seguro que esforzándose mucho alguien ha encontrado la relación. La segunda ponente, colaboradora habitual del programa que por las mañanas emite el canal 1 de TVE, nos habló del libro que había escrito sobre Rafa Nadal y terminó poniendo a la audiencia de pie para que, cogidos de la mano y con los ojos cerrados, acumuláramos energía positiva entre todos. No es una broma, sino una narración literal de lo ocurrido. El último ponente nos trasladó al Club de la Comedia y en una actuación histriónica intentó explicar que las empresas están cambiando mucho, y que hay que adaptarse a los cambios para que no nos lleven por delante. El mensaje no aportó nada nuevo pero al menos hay que reconocer que fue divertido.
Y, por fin, la clausura a cargo del Consejero Delegado. Comenzó dando las gracias profusamente a todas las personas que le habían precedido en la tribuna, y continuó haciendo un resumen bastante sui generis de sus intervenciones, al tiempo que los animaba a constituir la “Hermandad de Ponentes” de la empresa, en la que podrían integrarse otros en el futuro.
En seguida comenzó a impartir doctrina. Casi nada resultó novedoso (salvo la afirmación de que nuestras familias deben conocer lo que hacemos y acercarse a la empresa). Todo transcurrió en la línea acostumbrada y su discurso tuvo una gran sintonía con lo argumentado al principio de la Jornada por el Director General.
Ya es un clásico en estos eventos el rechazo a la actividad política y a los políticos. Y en esta ocasión, ambos, hicieron alusión a una empresa “sin tintes políticos”, “alejada de los debates políticos”. ¿Pensarán que pensamos que realmente lo creen?, ¿que nos han convencido con la frasecilla “yo no soy político”?
Hubo espacio también para comentarios obligados tales como que “el cliente es lo primero”, “hay que hablar bien de la Compañía”, “preservar el recurso” o “la transparencia en la empresa”, cuestiones que se citan, a las que se recurre, pero no indicando claramente que es lo que se entiende por ellas.
Se refirió a los socios, a los ayuntamientos en definitiva, como a los “dueños”, afirmando que “hay que atenderlos, tienen que tener retorno, recibir algo a cambio.
En particular, y sobre todo, no compartimos en absoluto esta afirmación, porque esta forma de entender EMASESA no es propia de una empresa pública y está impregnada del mercantilismo de las empresas privadas, a las que parece que emulamos.
Después vinieron las loas, las referencias al pasado y los consejos: Hay que saber a dónde vamos y de dónde venimos. Hay que conocer el camino que hemos recorrido. Según sus propias palabras, el Consejero se encontró con una empresa con una “estructura cara e ineficiente en cierta medida” que, afortunadamente, ya ha salido de esa situación. El trabajo realizado prueba que las cosas pueden hacerse mejor de lo que se hacía en el pasado. Por ello hay que seguir la vía iniciada para alcanzar el destino deseado, que no es otro que nuestros “niveles de eficacia estén a la vanguardia”. Lo que hemos hecho hasta ahora es un “trampolín, no un sofá” para contemplar el futuro.
Según el Consejero los resultados hablan por sí solos. Ya se alcanzan beneficios, que son clave para la empresa y que debían tener “incidencia en las retribuciones”, “pero para eso hace falta flexibilidad” ¡Otra vez el maldito Convenio Colectivo metiendo la pata! No lo dijo, pero no hizo falta, emanaba de su aura y lo pudimos percibir después de la energía generada por la sesión de Coaching habida a última hora de la mañana.
Para finalizar, destacó algunos de los logros alcanzados en estos cuatro años. Ha aumentado la seguridad jurídica, la transparencia, la internalización de tareas, la eficiencia energética, la transversalidad, se ha fomentado nuestra presencia en diversos foros y se han producido diversos cambios internos.
Se despide el Consejero exhortándonos a seguir trabajando. “Sigan ustedes por esta senda”.
